16 marzo, 2009

Impuntual



Desde que mis clases comenzaron, hace dos semanas ya, nunca logré llegar temprano a la facultad. Ya fuera por una pequeña demora en los subtes, o bien por perder el colectivo correspondiente, terminaba retrasándome lo suficiente como para llegar más que justo a cursar. 
Algunos días no era problema, dado que una de mis compañeras gentilmente guardaba un lugar para mí frente al anuncio de mi retraso. Pero aquellos días en que no contaba con su gentileza, sí lo fueron. Así fue como tuve que presenciar una clase sentadita en las escaleras más incómodas de toda la facultad, sin mencionar la lejanía al panel donde se proyectaban las dispositivas que nunca alcancé a ver. 

Un buen día decidí modificar la alarma del despertador con esperanzas de que, de esta manera, mis pasos no se vieran apurados por las agujas de mi reloj nuevo que me acusan de impuntual. Y hoy, llegué temprano.

Devolví un libro a la biblioteca, y seleccioné dos asientos en el aula magna de la facultad que empezaba a llenarse. Ubicación ideal para mi miopía, y comodidad de más para mi espalda adolorida por una noche de mal dormir.
Al rato mi compañero se unió al regocijo que aquellos simples lugares privilegiados nos generaba, y al pasar le comenté que sentía un extraño olor en el ambiente. 

Cinco minutos de clase fueron suficientes para que, del otro lado de la inmensa aula, alguien exclamara en voz alta que ya era preocupante el olor a quemado que nos invadía desde los pasillos. Preocupada, la profesora decidió ir a investigar.
Otros cinco minutos más tarde se daba por terminado el teórico, y se nos aconsejaba evacuar la facultad. 

Una vez afuera, y tras haber avisado a mi familia que estaba sana y salva, me di cuenta que todo había sido en vano. Levantarme más temprano, ducharme velozmente, secarme el pelo e incluso peinarme a la velocidad de la luz, todo todo... para terminar abrumada por las sirenas de los camiones hidrantes tras sólo cinco minutos (¡cinco minutos!) de comodidad.


No hay caso. Estoy destinada a llegar tarde a mis clases, este año. 
De lo contrario, la vida se encarga de hacer que aquellas a las cuales llegue temprano y donde encuentre una ubicación privilegiada, se cancelen. Como hoy. 

13 comentarios:

Josi dijo...

En una de las tantas casas donde viví durante parte de mi infancia, teníamos ese mismo reloj.
Date cuenta que los números inflados y de colores, tientan a la impuntualidad y al relajo.
Mi profesora de alemán en el colegio, adelantaba una hora su reloj y siempre estaba ahí antes que nadie.
Yo no.
Siempre juego con el tiempo y me gana la mayoría de las veces. Pero así vivo y así me perdonan.

Floripondia dijo...

Pobre!Es horrible que te pasen esas cosas,,,pero adelanbta 15 min el reloj que se te soluciona!
Besos

Nelson Lastiri dijo...

"Porque camino mirando el reloj que marca mis horas, y me obliga a vivir a su modo, casi nunca me puedo escapar".

"Ubicación ideal para mi miopía..."
Ahora entiendo porqué me querés...

Y guau que sos especial, eh? Cuando alguien hace algo fuera de lo común se dice que "va a llover"... en tu caso es algo mucho más peligroso.

Te quiero, el ausente.

La Logia Lautaro dijo...

Me encanta como redactas flori, la verdad que te admiro!!

publique algo nuevo para que pases!

http://lalogialautaro.blogspot.com/

besos, Simon

Blonda dijo...

Y bueno, tomalo como una señal que te indica que no vayas en contra del destino, jeje, besotessssssssss remolona!

Flori dijo...

Josi: creo que voy adoptar el método de tu profesora de alemán. Pero en vez de una hora, serán diez minutos.
Besos =)


Flora: ¡voy por ese intento! Beso grande


Nel: ¡si cuando cierro los ojos también te quiero! Ahí ya no es por mi miopía. =)
Besos, reaparecido.


Simón: muchas gracias. Un alegrón que hayas pasado por acá.
Espero que sigas publicando.
¡Besos!


Blonda: ¿tengo que dejar la facultad? Uhm, creo que no.
Beso enorme, amiga =)

Josi dijo...

Flori preciosa! Habilité el acceso a mi perfil :) por lo tanto creo que a mi blog.

No soy canchera en esto y apenas sé usar el paint (?)

Allek dijo...

me he identificado con tu texto..
pasare seguido.. un abrazo!!

Elio Puntieri dijo...

Mire, futura médica... me daría miedo que algún día usted deba atenderme, y la solución para mi enfermedad terminal haya estado en esa diapositiva que usted no vió por haber llegado tarde al aula... o por el inminente incendio.


Por lo tanto, le exijo que le pida la tarea a sus compañeros.
He dicho.

Florcita ♥ dijo...

Felizmente encontré éste blog.. Me divirtió mucho el escrito! Yo tengo el problema de llegar o demasiado tarde o demasiado temprano, la puntualidad en mí tmp existe.. En finn, buen día para ust. Besos!

El Fantasma de Belgrano dijo...

No pongas excusas, mujer! Levantate 15 minutos y listo. Lo del incendio no volverá a repetirse (cuáles son las posibilidades de que una misma facultad se incendia dos veces? ahora le toca a la de Derecho)

Flori dijo...

MIlky: siiiii. ¡Qué emoción!


Allek: muchas gracias. Cuando quieras =)


WaitMan: tranquilo, hombre. La clase se postergó para otro día. Voy a poder curarlo y va a poder vivir para contarlo ;)
Besos


Florencia: somos dos, entonces. Muchas gracias por pasar. Beso grande =)


Fantasmita: la última vez que mi facultad se encendió, fue hace seis meses. No sé, dígame usted.. ¿es mucho?

Josi dijo...

Tengo muchas ganas de que sigas escribiendo. Releí algunas de las entradas que más me gustaron y me acordé de tu mail :)

Sos un sol, nena.