Hubo un insomnio, en algún lugar del mundo, que lo llevó a entrar en mi espacio virtual. Hubo un sentimiento, una conexión quizás, que guió a sus dedos entre las teclas para crear palabras. Formó oraciones, y con ellas párrafos, que concluyeron con un extenso mail en mi bandeja de entrada.
Hubo un desconocido que, en un abrir y cerrar de ojos, se transformó en un rostro cálido con una sonrisa tan tierna.
Hubo un encuentro que, entre música y relatos, quedará por siempre en mi memoria.
Tal vez haya sido la inmediata comodidad en la que me vi inmersa con tanta rapidez, o quizás fueron sus ojos que me inspiraban confianza y dejaban ver destellos de bondad. Puede haber sido su forma de hablar, su acento, que parecía teñir las palabras con colores desconocidos pero divertidos a la vez. O, quién dice, quizás fue todo eso junto.
Hay una palabra que siempre menciona. Una frase, un adjetivo que, desde aquél primer encuentro, no deja de pronunciar. Me toma por sorpresa, la escucho, e inmediatamente sonrío. Y no me alcanzan los agradecimientos para hacerle saber lo bien que me hace.
Ya no sé quién encontró a quién. Si su mail sorpresivo, o mi respuesta alentadora. Si su noche de desvelo, o mis palabras encantadas. Sólo sé que para el momento en el que intenté descifrarlo, él ya estaba abrazándome. Compartiendo más de lo que normalmente permito. Haciéndome tanto bien.
¡Si hasta Juana me dijo al oído, ayer en la facultad, que me veía feliz!
Giré mi cabeza, en ese momento, y miré a mi desconocido. Lo vi charlando con el novio de una compañera con total naturalidad, sin problemas ni reservas. Lo vi mezclarse en mi mundo, en mi cotidianeidad, y lo sentí responsable de mi sonrisa feliz. Entrecruzamos nuestros dedos y seguimos caminando por los mismos pasillos que recorrí incontable cantidad de veces con pasos dormidos, alegres y cansados.
Por eso ya no sé si fue él, o fui yo. Si sus palabras o las mías. Si sus abrazos o mis besos. Sólo sé que dejó de ser un desconocido, en algún momento, para comenzar a acompasar mis pasos, sujetar mi mano y regalarme tantos recuerdos nuevos.
No, ya no sé quién encontró primero a quién. Pero yo lo declaro empate.
3 comentarios:
Sos hermosa, me dice
¿¿¿¿Que me perdi???????
Taquelotiró! Lo importante es que estas esplendida, nuevita, llena de sensaciones lindas, como de carnaval...
Espero que me cuentes!!!
te quiero! =)
La culpa es de la hemoglobina...
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